Número 7, calle Melancolía

Número 7, calle Melancolía

lunes, 13 de septiembre de 2010

El Yo de Poniente.

EL YO DE PONIENTE
Vengo como el aire
del desierto, ardiente.
Me apago como el sol
cuando se va... como el Yo de Poniente.
Raída capa de musgo
que tapiza las paredes de mi alma
más sola que el silencio,
más silenciosa que el tiempo...
¡qué a veces pasa en balde!
¿Y yo? ¿Qué se supone que soy?
¿Poeta o carcelero?
es que yo encierro palabras
en los recuadros del papel
¿Y yo? ¿Qué se supone que soy?
¿Poeta o jardinero?
es que donde planto palabras
germina un vergel.
¿Qué me importa a mí resucitar
si ya no tengo aire para respirar?
¿Qué me importa a mí la libertad
si ya no tengo alas para volar?
¿Qué me importa a mí vivir
si ya no tengo una puerta por la que salir?
¿Qué me importa a mí sentir
si ya no tengo fuerzas para sonreir?
¿Qué me importa a mí saber
si ya no tengo errores en los que caer?
¿Qué me importa a mí florecer
si ya no tengo flores a las cual oler?
A ver quien se atreve a poner más sombra
sobre la extensa capa de pena
que muy a mi pesar, me honra.
A ver quien se aventura en la faena
de sacudir la alfombra,
que como mi corazón, está cubierta de arena.
¿Para qué cerrar con candado
las puertas del otoño?
¿Para qué echar la llave
a la jaula del demonio?
¿Para qué quitarse la ropa
si luego hay que volver a vestirse?
¿Para qué quitarse el alma
si hoy no le toca morirse?
¿Para que pisar las uvas
si ya no te gusta el vino?
¿Para qué usar las sábanas
si detestas el suave tacto del lino?
¿Para qué expresar todo lo que siento
si no es para desahogarme?
¿Para qué dormir a la intemperie
si no hay manto de estrella para arroparte?
Quiero acurrucarme
en los desvaríos de mi soledad,
y dejar que la lluvia ahogue
a los naúfragos recuerdos, frutos de la tempestad.
* * * *

1 comentario:

  1. Hola amigo, aquí he llegado, bella poesía, he venido para quedarme, pasa buena atrde, gracias, besos.

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