Número 7, calle Melancolía

Número 7, calle Melancolía

miércoles, 1 de junio de 2011

Yo ya no soy "europedo"

Yo ya no soy “europedo”

(y subrayo “pedo”)

pues hasta mis narices pendencieras

ha llegado el olor, con tanta virulencia,

de esas podridas flatulencias

producto de la hinchazón financiera,

así como de la indigestión capitalista

que a tantos moralistas

no trae de cabeza.

Así como los endémicos males bursátiles

que almacenan en sus pantallas táctiles

nuestras sentencias de pobreza.

A riesgo de parecer comunista

exijo que se repartan las riquezas.


Ojalá que padezcan la tisis

esos que se aprovechan de la crisis

para descuartizar al obrero,

que con su sudor paga el Mercedes

del omnipotente banquero,

pues todo lo puede como escudero

del invencible poderoso caballero

que blanquea, y no precisamente paredes,

la facha de Don Dinero.


Y entre tanto que siga emanando

la pobreza de los rincones

y mientras sigan brotando

de las urnas los ladrones,

habrá que subirse al carro de las revoluciones.

Pues “si me cortan las alas

volaré con los cojones”

Y al fin, a las buenas o a las malas

habrá también que aunar nuestro corazones

para decir que la historia no es siempre del que gana.

lunes, 21 de marzo de 2011

Repasando el historial clínico de mi corazón, escribo esto:

Acné, hormonas en celo

cartas de amor adolescente

los pies en el cielo,

besos robados en dosis efervescentes.


Primaveras entre jardines

pudorosos parques solitarios,

la última fila del cine

la letra “amor” de nuestro abecedario.


San Valentines apañados

con peluches de los chinos

los “SMSs” acompañados

de “te quieros” mortecinos.


Cenas románticas en McDonalds

apurando la paga de los domingos

champagne que era Coca-Cola

caricias que provocaban respingos.


Cartas de amor adolescente

guardadas en polvorosos cajones

para recordar lo que ayer era presente

y lo que hoy es vida en los corazones.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Siempre HAY algo.

Hay una curva
en el horizonte
es la sonrisa del Sol
que se esconde

Hay una sombra
oculta en una duna
oscuridad proporcionada
por la luz de la Luna

Hay una guitarra
desafinada en un diván
hay un guitarrista manco
dispuesto a tocar

Hay una guerra abierta
entre dos miradas
son las consecuencias
de una terrible emboscada

viernes, 17 de septiembre de 2010

La canción desesperada de los domingos por la tarde.

Ojos verdes: ¡Qué canalla eres!
mujer de muchos, diva de pocos.
No aceptas besos robados
para guardar entre tus enseres

Ese olor que desprenden tus huesos
convierte a los cuerdos en locos,
en caliente a lo helado...
deja que en tus labios aparque un beso.

No encuentro una excusa
que me exima de enamorarte
por más que me machaque... ¡las neuronas!
sé que naciste para ser mi musa

Anda y ve con mucho cuidado,
quisiera el mal rato ahorrarte
de pasar por mi cama mientras te descojonas
al darte cuenta que estoy enamorado.

jueves, 16 de septiembre de 2010

La lucha de los mudos.

(En honor a un mudo más en este mundo donde hablar es delito. Para Pablo con pundonor)

Camarada lampiño de versos revolucionarios,
en diferentes puertos enarbolamos banderas.
Sin embargo, compartimos fecha en el calendario:
el catorce de los catorces de la encuánime primavera.

Pobres muditos que somos, en esta infame lucha interna
no cambio mi bandera blanca por tu hoz y tu martillo,
aún así luchamos, persiguiendo tristes quimeras...
si construimos, que no sean en el aire los castillos.

Caja de ritmos, o más bien aporrea tambores,
al son de internacionales con letras escritas en páginas doradas,
comunista, marxista, leninista... pasionario con dolores
que la franja roja de tu bandera haga juego con la mía: la morada.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

Diálogo entre primavera y verano.

-Dime primavera:
¿te has pasado en vela
la noche entera?-

dijo de antemano
el caluroso verano.
-Es verdad, hermano,

tengo un problema de amores,
espero que no se demoren
en salirme las flores.

-No te preocupes querida,
antes daré mi vida
que olvidarme de mi prima.

Y dieron un paso hacia el ocaso,
y se alejaron un paso del fracaso.

-Hay una cosa que no sé si es verdadera:
si tú, verano,
eres mi hermano
¿cómo es que yo soy tu prima, la primavera?

lunes, 13 de septiembre de 2010

El Yo de Poniente.

EL YO DE PONIENTE
Vengo como el aire
del desierto, ardiente.
Me apago como el sol
cuando se va... como el Yo de Poniente.
Raída capa de musgo
que tapiza las paredes de mi alma
más sola que el silencio,
más silenciosa que el tiempo...
¡qué a veces pasa en balde!
¿Y yo? ¿Qué se supone que soy?
¿Poeta o carcelero?
es que yo encierro palabras
en los recuadros del papel
¿Y yo? ¿Qué se supone que soy?
¿Poeta o jardinero?
es que donde planto palabras
germina un vergel.
¿Qué me importa a mí resucitar
si ya no tengo aire para respirar?
¿Qué me importa a mí la libertad
si ya no tengo alas para volar?
¿Qué me importa a mí vivir
si ya no tengo una puerta por la que salir?
¿Qué me importa a mí sentir
si ya no tengo fuerzas para sonreir?
¿Qué me importa a mí saber
si ya no tengo errores en los que caer?
¿Qué me importa a mí florecer
si ya no tengo flores a las cual oler?
A ver quien se atreve a poner más sombra
sobre la extensa capa de pena
que muy a mi pesar, me honra.
A ver quien se aventura en la faena
de sacudir la alfombra,
que como mi corazón, está cubierta de arena.
¿Para qué cerrar con candado
las puertas del otoño?
¿Para qué echar la llave
a la jaula del demonio?
¿Para qué quitarse la ropa
si luego hay que volver a vestirse?
¿Para qué quitarse el alma
si hoy no le toca morirse?
¿Para que pisar las uvas
si ya no te gusta el vino?
¿Para qué usar las sábanas
si detestas el suave tacto del lino?
¿Para qué expresar todo lo que siento
si no es para desahogarme?
¿Para qué dormir a la intemperie
si no hay manto de estrella para arroparte?
Quiero acurrucarme
en los desvaríos de mi soledad,
y dejar que la lluvia ahogue
a los naúfragos recuerdos, frutos de la tempestad.
* * * *